martes, diciembre 06, 2016

La llegada


Siempre he pensado que las mejores adaptaciones cinematográficas son las que tienen como base un relato y no una novela. Habrá excepciones, por supuesto, pero por regla general es un principio que suelo ver confirmado. La ventana indiscreta, que adapta un relato de Cornell Woolrich publicado en España con el mismo título, aunque en su versión original se titulara It had to be murder; Dublineses, que adapta el relato Los muertos de James Joyce; Brokeback Mountain, basada en un relato de Annie Proulx; Cadena perpetua o Cuenta conmigo, basadas ambas en relatos de Stephen King; Jindabyne, que adaptaba el relato de Raymond Carver Tanta agua tan cerca de casa; Las nieves del Kilimanjaro, basada en un cuento de Hemingway; El nadador, basada en el cuento de John Cheever; o las películas que toman como base alguno de los cuentos de Edgard Allan Poe como La caída de la casa Usher, El cuervo, La máscara de la muerte roja, El gato negro o Los crímenes de la calle Morgue, pueden servir de buenos ejemplos a este respecto.

La película La llegada, del director canadiense Denis Villeneuve, está basada en el relato La historia de tu vida, del escritor Ted Chiang, editado primero por Bibliópolis (con una portada que me parece terrible), y reeditado por Alamut. Dicho relato obtuvo el Premio Nébula a la mejor novela corta y el Premio Theodore Sturgeon Memorial en 1998. Si no lo han leído aún, yo recomendaría que lo leyeran después de ver la película. Pero hay que leerlo, no sólo por haber sido magníficamente adaptado al cine o por lo premios recibidos, sino porque se trata de un relato de una gran calidad, con un planteamiento narrativo muy original e interesante. Una de esas historias que merecerían estar en cualquier antología que pretendiera reunir algunos de los mejores cuentos, al margen del género en el que se incluyan.


La llegada es una historia de ciencia ficción. Una película que nos trae a la memoria films como Encuentros en la tercera fase, Contact o Interstellar. La situación que plantea es la de un primer contacto con una raza extraterrestre y los problemas a los que habría que enfrentarse para poder comunicarse con sus miembros.

Doce objetos de procedencia desconocida se posan en doce localidades diferentes del planeta. La doctora Louise Banks (Amy Adams), una reconocida filóloga, recibe la visita del coronel Weber (Forest Whitaker), que le propone encargarse de la difícil y apasionante misión de traducir la lengua de los alienígenas, un lenguaje que suena como chasquidos metálicos totalmente irreproducibles por una garganta humana. En este intento de comunicación cuenta con la ayuda del físico Ian Donnelly (Jeremy Renner). A partir de este planteamiento se nos propone reflexionar sobre cómo podríamos comunicarnos con unos seres que nada tienen que ver con nosotros, ni siquiera en la apariencia. Y algo muy interesante: ¿los distintos gobiernos del mundo serían capaces de ponerse de acuerdo a la hora de enfrentarse a una situación así? ¿Compartirían la información y establecerían una estrategia común? Aunque todas estas cuestiones están planteadas siempre a través de los personajes principales, especialmente el de la doctora Banks, pues ese es el mayor acierto, a mi entender, de este film. El recuerdo de una tragedia familiar se va presentado a lo largo del metraje. Todo va tomando forma imperceptiblemente, hasta llegar a un perfecto final, consiguiendo en sus casi dos horas de duración que los espectadores salgan de la sala dándole vueltas a lo que acaban de ver: Una historia que parecía hablar de una cosa para terminar hablando de otra. Y es mejor no desvelar nada más.


No hay que perderse esta película del director de propuestas tan interesantes como Incendies, Prisioneros, Enemy o Sicario. La llamada es hipnótica, de una belleza poética y atrevida, y se sumerge en  una atmósfera tensa y amenazadora que va minando al espectador. Propuesta temática y narrativa de gran interés que pone en evidencia qué gran actriz es Amy Adams, cuya mirada te transmite todas las dudas y preocupaciones de su personaje, un personaje inmerso en una trama de ciencia ficción para acabar enfrentándose a su propia humanidad. 

1 comentario:

Juan Herrezuelo dijo...

Dije que no me la perdería desde que tropecé con el primer tráiler en Internet, y ahora empiezo a temerme que se me acabe escapando. Tu reseña es un motivo añadido para buscar hueco como sea antes de que la retiren de los cines. No quisiera resignarme a la descafeinada pequeña pantalla, ni siquiera con el estimulante añadido de la versión original: en películas como ésta –como Interstellar, como Gravity- lo que cuenta es la gran pantalla, la sala oscura, la butaca. Un abrazo, Miguel.