jueves, febrero 04, 2016

Teresa Ruiz Rosas - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

Por instinto. Porque es lo que más me que gusta hacer. Porque sigo creyendo que tengo algo que decir. Y porque me encanta experimentar con la forma de llegar a decirlo. Estoy convencida de que cada historia debe aspirar a encontrar su manera de ser contada.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

No puedo escribir con cualquier otro discurso cerca en marcha, aunque sea una canción que conozca, porque me distrae e interfiere. Con música, en cambio, sí escribo muy a gusto dado el caso. Procuro destinar a la escritura las horas en que estoy más despejada. El texto ha de tener un ritmo propio, por eso suelo retomar el manuscrito desde el comienzo, lo cual alarga mucho el proceso pero es siempre como atravesar el espejo. Disfruto a mares la travesía aunque me vea corrigiendo hasta la extenuación.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

La condición humana en un sentido amplio. He tratado de entender, a través del reto de la escritura, algunos mecanismos de vanidad, de poder, de sumisión. Como creo poco en los mitos, me interesa ver qué ocultan, retirar una que otra máscara. Para abordar el amor y la muerte, que son los grandes temas de la literatura por excelencia, he procurado desprenderme de todo cliché, mantener la sobriedad y respetar el sufrimiento. Y me interesa rescatar a personajes olvidados, darles voz, honrarlos incluso.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

Varios. Que escribo con palabras, no con sentimientos ni ideas. Que sin sentido del humor casi nada funciona. Que la horterada es incompatible con la literatura en general y con el erotismo en particular. Que un solo punto de vista difícilmente alcanza para expresar la complejidad de cualquier personaje o situación literariamente interesante. Y que hay que saber poner punto final porque lo mejor es enemigo de lo bueno (me repetía mi madre).

5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo tienen todo planificado desde el principio?

Cuando los personajes –más que la historia- adquieren una especie de vida propia en la ruta de la escritura, no se les puede ya manipular, exigen cierta consideración a su autonomía, imponen sus reglas del juego. Y esa sensación es grandiosa porque es de creación e independencia. ¿Cómo se podría planificar eso? Lo ignoro.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Cada semana uno diferente, la verdad, porque no sé vivir sin leer, en especial ficciones... Si me apuras, he releído a menudo Berlín Alexanderplatz de Alfred Döblin, las novelas de Thomas Bernhard, las de Joseph Roth, 2666 de Bolaño, a Kafka, mi selección personal del boom, Crimen y castigo, Rojo y negro, a Ford Madox Ford, a W.G.Sebald, a Dürrenmatt, por no mencionar autores vivos, que son muchísimos… y algunos, por ventura, buenos amigos.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.


Hace pocos meses he publicado en Madrid la novela Nada que declarar. El libro de Diana en Ediciones Turpial. Es la historia de una amistad entre dos mujeres muy distintas entre sí, ambas peruanas y que se conocen, por azar, en Alemania. La más joven, Diana, es víctima de trata con fines de explotación sexual, y Silvia, traductora literaria, será quien escriba su historia a pedido de la propia Diana. Han resultado ser personajes paradigmáticos en su respectivo rol. Fernando R. Lafuente –permíteme la cita- la ha calificado de “soberbia reflexión sobre el miedo, la explotación, la violencia y la humillación, la hipocresía de una sociedad que mira para otro lado respecto a lo que miserablemente llaman ´el oficio más antiguo del mundo´”.  


Teresa Ruiz Rosas (Arequipa, Perú) lleva largos años dedicada a distintos oficios relacionados con la escritura. Vinculada desde su infancia a las letras, hija y hermana de poetas, reside actualmente en Colonia tras haber vivido en Budapest, Barcelona y Friburgo de Brisgoviam donde siguió estudios de filología.
Su novela El copista fue finalista del XII Premio Herralde de Novela y del ovetense Tigre Juan, y recibió excelentes críticas. El relato Detrás de la Calle Toledo fue galardonado con el Premio Juan Rulfo 1999 del Instituto Cervantes de París y Radio Francia Internacional. Entre el resto de su producción destacan las novelas La falaz posteridad y La mujer cambiada.
Teresa Ruiz Rosas ha traducido del alemán a W.G. Sebald, Franz Werfel, Rose Ausländer, Soma Morgenstern, Fred Wander, Botho Strauss, Axel Hacke, Wim Wenders, Juliane Koepcke y Marco Th. Bosshard, del inglés a Nicholas Shakespeare, del húngaro a Milán Füst y del luxemburgués a Roger Manderscheid.

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