viernes, julio 12, 2013

Olga Bernad - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

No puedo evitarlo.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Cada vez tengo menos supersticiones o manías a la hora de escribir o de hacer cualquier otra cosa.  Lo que sí he ido estableciendo es algo parecido a unas costumbres, derivadas más bien de mi adaptación a la realidad que de mis preferencias.  Escribo en los bares porque, si me quedo en casa, me pongo a hacer otras cosas.  Ni bares muy literarios ni muy cutres.  Agradables, normales, con alguna mesa al fondo y una pared que te proteja la espalda. Siempre sola. Una cierta intimidad en un espacio público que, para esas cuestiones, me resulta más íntimo que mi casa. Allí, mis hijos “pasan” de respetar mi intimidad.  

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

Creo que vamos rodeando siempre tres o cuatro temas.  Con eso y veintisiete letras algunos hacen maravillas.  Los demás, lo que podemos.  En el fondo: el amor y la muerte… quizá la guerra y la paz.  Y sus infinitas e interesantes (o tediosas) variaciones.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

No dudar a la hora de tirar a la basura todo lo que no te convenza. No ser cicatero.  Alguien me dijo una vez que el talento, de existir, es generoso y no tiene miedo a perder palabras pues tiene fe en que en otro momento sabrá encontrarlas.  No conviene guardar nada porque “más o menos” está bien. Mucha gente escribe más o menos bien, seguramente eso no nos lleva a ninguna parte.   Si no es lo que buscas en ese momento, a la papelera.  De todas formas, a mí se me pierden muchas cosas entre libros, bolsos y carpetas. Mientras estoy escribiendo, el papel es muy importante; una vez escrito…  mi tendencia al caos me evita alguna decisión dolorosa. No todo vale, incluso para quien haya adquirido ya un cierto oficio. Hay que tenerlo muy presente.

5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo tienen todo planificado desde el principio?

Todo planificado desde el principio no lo he tenido nunca.  He tenido claro un camino, el esbozo de un personaje, una intención y, a veces, —sobre todo si lo que escribo es narración— un esquema aproximado.  El proceso de escritura debe respirar, igual que los personajes.  Uno va como controlando diecisiete riendas a la vez, pero sólo avanza porque hay una fuerza que tira de todo y que, afortunadamente, tiene algo de imprevisible.  Yo voy detrás de ella, nunca por delante.  La sigo como puedo. Siempre con atención. 

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Han variado mucho a lo largo de los años. Algunos se mantienen a través del tiempo y vuelvo a ellos tarde o temprano. Más que a determinados autores, vuelvo a determinados libros.  Son sobre todo aquellos que llegaron en el momento oportuno.  Esa oportunidad no siempre tiene que ver con la edad, pero la impronta que me dejaron algunos de los que leí en mi adolescencia ha sido difícil de superar.  Gente muy distinta: Borges y Cortázar (dicen que tienes que ser de uno o de otro: tonterías), algunos poetas del XVII, Evelyn Waugh (Retorno a Brideshead), Galdós (Miau), Gabriel García-Marquez (Cien años de soledad) Lorca y Machado (más Antonio que Manuel, sin duda alguna) y muchos autores “secundarios” cuya obra me impresionó en un momento dado. Nombrar a unos u otros es un poco aleatorio.  Pienso en La piel de Curzio Malaparte, cuya brutal compasión me estremeció cuando en el colegio nos recomendaban Juan Salvador Gaviota, Siddharta y cosas edificantes. Las luces y las sombras del autor me fascinaron también.  Los cuentos de Boris Vian. La filosofía en el tocador del Marqués de Sade (aunque reconozco que la filosofía me la saltaba en aquella época, centrándome mucho más en el tocador). Casos así.  Procuro también dejar un hueco en mi mesilla para los contemporáneos, porque tengo a medio mundo sin leer.  El desprecio previo por lo que ahora se escribe es una forma de incultura y de soberbia. No todos los autores pueden estar muertos, angelicos.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

Lo último que he publicado es una novela: El buen amor, escrita hace tiempo y aparecida en abril en la editorial Nuevos Rumbos. Lo próximo que saldrá (creo que a la vuelta del verano) es una selección de las prosas publicadas en mi blog durante los últimos cinco años. Formará parte de la colección Álogos de Ediciones de la Isla de Siltolá.  Estoy intentando terminar, sin ninguna prisa, un poemario que comencé en 2011. Con la poesía uno nunca sabe, no se deja forzar salvo para mentirnos.  No creo que se publique antes de 2015. 


Olga Bernad es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Zaragoza. Ha publicado las novelas El buen amor (2013) y Andábata (2010) y los poemarios El mar del otro lado (2012), Nostalgia armada (2011) y Caricias perplejas (2009).
Ha sido incluida en las antologías YIN. Poetas aragonesas 1960-2010 (2010), Poesía para niños de 4 a 120 años (Antología de poetas contemporáneos, 2010), Poesía a la frontera. Antología de poetes en llengua catalana, aragonesa i castellana (2011) y traducida al griego para la antología de poesía española de la editorial Vakxikon (2013). Así mismo, ha participado en varios libros colectivos y revistas literarias, entre ellas Turia, Rolde, Revista de Humanidades Kafka, Narrativas e Isla de Siltolá. 
Colabora en el suplemento cultural del diario Heraldo de Aragón —la revista Artes & Letras—  y forma parte del consejo de edición de la revista de poesía Isla de Siltolá.


1 comentario:

NINGUNO dijo...

No sé por qué lo de "cierta distancia" si a la autora, Olga Bernad, la siento tan próxima.