viernes, julio 29, 2011

Los pequeños placeres

Próximamente...


Sí, ya está cerca.

¡La editorial Paréntesis publica mi libro de relatos “Los pequeños placeres”!


21 relatos.


En Septiembre saldrá a la venta.



Si os apetece, podéis leer uno de los cuentos pinchando aquí.



Texto de la contraportada:

La vida es demasiado breve, y uno siente que debe disfrutar de los pequeños placeres que ofrece. Sin embargo, no es tarea fácil, ya que resulta necesario ignorar las tragedias que suceden a nuestro alrededor, tragedias que podemos encontrar en nuestra pareja, en nuestro propio hijo, en un vecino, en un antiguo compañero de clase o incluso en un desconocido.

Los relatos de “Los pequeños placeres” nos hablan de soledad, del fin de la inocencia, de la incomunicación, del dolor, el remordimiento y la violencia; pero, por encima de todo, nos hablan de seres humanos, gente corriente atrapada en la trampa de la vida, gente que intenta mantener el control cuando las cosas empiezan a distorsionarse.


Y con este notición me despido hasta Septiembre.

Sí, me voy de vacaciones.

¡Feliz verano a todos!

martes, julio 26, 2011

Secuestrados



Una de mis pasiones cinéfilas inconfesables es el cine de terror. He de reconocer que me gusta que una trama me mantenga pegado al sillón y con el corazón en un puño. Y eso es exactamente lo que ofrece y lo que da “Secuestrados”, de Miguel Ángel Vivas. Un artefacto milimétricamente calculado que consigue meter al espectador en una atmósfera claustrofóbica y de una violencia creciente.

Una familia, padre, madre e hija, acaban de trasladarse a una nueva casa. Un lujoso chalet en una privilegiada zona residencial. De pronto, tres encapuchados irrumpen en el hogar y la tensión se dispara. En manos de unos desconocidos, el pánico y la impotencia van minando a los secuestrados, que lo único que pueden hacer es intentar sobrevivir en un espacio cuyas reglas desconocen. En una situación así no hay héroes, sólo víctimas en estado de shock y de indefensión.

Los actores están perfectos en sus papeles, transmitiendo una intensidad y un realismo francamente perturbadores. Fernando Cayo, el padre, intentando mantener la calma, Ana Wagener, una madre absolutamente desbordada por las circunstancias, y Manuela Vellés, la niña mimada que se encuentra de pronto en el centro de un mundo dantesco.

Por supuesto, una de las bazas de esta película es el modo en que está rodada. Doce planos secuencia, sin cortes, que nos llevan de un lado a otro de la casa, de uno a otro de los personajes, sin detenerse, sin darnos tregua, lo cual demuestra una planificación elogiable. Y consigue, con un estilo nervioso que se va acelerando conforme avanza la trama, que nos sumerjamos en ese ambiente cerrado y angustioso. Un film no apto para todos los estómagos, de una violencia extrema y una claustrofobia casi inaguantables. Un film arriesgado, hiperrealista y eficaz.

Trailer:

miércoles, julio 13, 2011

El escritor

El escritor se sienta frente a la pantalla del ordenador dispuesto a renovar el género del relato corto. Algo innovador. Algo que no haya hecho nadie. Algo rompedor. El futuro de la narrativa breve. La pantalla parpadea. El escritor piensa. Tal vez narrar la historia al revés. O alternar voces narrativas. La primera y la tercera persona. El presente y el pasado. Quizá romper la estructura. Fragmentos desordenados. Mezcla de lenguaje científico y lenguaje literario. Metaficción. Personajes reales y personajes inventados. Biografía y fantasía. Mezcla de géneros. Western y Ciencia Ficción con unas gotas de terror gótico. Narrador omnisciente y monólogo interior. El escritor se desespera. Se levanta de la silla y da vueltas por el cuarto. Todo lo que se le ocurre parece haber sido ya hecho con anterioridad. ¡Maldito Cortázar! Inventar un lenguaje nuevo. Utilizar las abreviaturas de los mensajes electrónicos. Historia de amor en un chat. Golpea la mesa con furia. Y de pronto tiene una idea. Estira los dedos y comienza a teclear el principio: Érase una vez…

domingo, julio 03, 2011

Asco


“Asco” es un libro sobre un crucero, o mejor dicho, sobre el modo en que el protagonista, el propio autor, observa todo lo que le rodea en un crucero. Un crucero que resulta ser el mismo que realizó el escritor norteamericano David Foster Wallace para escribir el reportaje titulado “Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer”. Un crucero que se convierte en un catálogo de actitudes, de excesos, de comportamientos desinhibidos, propios de una situación de desmadre propiciada por un estado en el que se supone que uno debe divertirse y que suele denominarse “estar de vacaciones”.

El narrador adopta una actitud bernhardiana, de intransigencia y desprecio hacia las groserías, la falta de educación, los concursos denigrantes, los buffets pantagruélicos, las excursiones agotadoras, las bromas fuera de lugar, las actitudes irrespetuosas hacia los que están realizando su trabajo, etc. etc. Suele ser taxativo en sus aseveraciones y, aunque su primera intención es sólo la de observar, lo cierto es que termina juzgando todo lo que ve, adoptando una actitud beligerante e intransigente ante lo que le parece intolerable, y no duda en admitirlo: Indico y, a posteriori, juzgo, pero no hice nada para evitarlo ni lo haré si me topo en lo sucesivo con escenas similares.

El libro va narrando el itinerario del crucero, presentando situaciones grotescas, galas esperpénticas, pero también describiendo lugares, el encanto de las ciudades que van recorriendo, todo escrupulosamente estructurado y programado. Un libro que fluye sin tropiezos, pese a los diferentes planos que va combinando. Podría ser un libro de viajes sin serlo, también un reportaje cuyas reglas no respeta. Mientras escribe, compara sus vivencias con las que narra Foster Wallace en su libro, acudiendo incluso a sus palabras en alguna que otra ocasión. También recurre a citas de libros o incluso de la wikipedia para completar una descripción. El lado real de lo narrado lo aleja de la novela, así como el posicionamiento subjetivo ante lo que se va encontrando lo acerca a una narración de corte testimonial. Y, como último dato, éste anecdótico, espero que disculpen la licencia, aún se produjo en mi caso un paralelismo asombroso con lo que ocurría a mi alrededor. Me explico. Yo leía el libro mientras realizaba un viaje en tren junto a un numeroso grupo de personas mayores, jubilados seguramente, que resulta que ¡regresaban de un crucero! Y mientras yo leía los pensamiento de ese narrador airado ante el afán de consumismo y la impostada desesperación por comer y fotografiar todo lo habido y por haber, el grupo a mi alrededor narraba sus experiencias y recordaban los lugares visitados a cámara rápida. Una coincidencia francamente desconcertante.

“Asco” es un libro que escapa a las generalizaciones, que no se deja clasificar con facilidad, un libro que respira sinceridad y que aboga por cosas tan desgraciadamente devaluadas como la buena educación, el respeto hacia los demás y las buenas maneras que deberían regir nuestra convivencia. Un libro que denuncia la debilidad del individuo ante la masa, cómo el comportamiento colectivo parece escapar al control de cada uno de sus componentes, cómo se pierde la compostura ante todo aquello que se nos ofrece incluido en un precio que pretendemos amortizar a toda costa y cueste lo que cueste. Un libro sobre nuestra actitud ante lo que nos rodea, nuestro papel en la comedia humana. Un libro, en definitiva, que se lee con interés, que fascina e indigna, que divierte e ilustra.