domingo, mayo 30, 2010

FLM 2010 - Regreso


Regresé de la Feria del Libro. Este año tuve la experiencia nueva de estar en una caseta y ver cómo la gente pasaba por delante, se detenía y curioseaba. Ha resultado interesante. Por lo demás, el calor ha sido asfixiante, la afluencia de gente ha sido masiva y apenas se podía caminar. La Feria está dedicada este año a la literatura nórdica.

El sábado por la tarde se presentó en el Pabellón Carmen Martín Gaite “El libro del voyeur”, microrrelatos e ilustraciones en una interesante propuesta que ha reunido a sesenta y nueve autores, algunos de los cuales estuvieron presentes y leyeron diversos textos: Oscar Esquivias, José Ángel Barrueco, Ana Muñoz de la Torre, Claudia Apablaza, Marcelo Luján, etc. Un libro coordinado por Pablo Gallo. En el libro se encuentran textos de Fernando Marías, Andrés Neuman, Ángel Olgoso, Hernán Migoya, Julián Rodríguez, Vicente Muñoz Puelles, Antonio Gómez Rufo, Patricia de Souza, Pilar Adón, Lara Moreno, Omar Piña, Enrique Ortiz, Iván Humanes... incluso un texto de Gabriel Báñez, escritor argentino de cuya muerte me he enterado recientemente, pese a que sucedió en el mes de Julio del año pasado. Disculpen que no nombre a todos.
También encontré en la Feria a la escritora Angelina Lamelas, que me firmó su libro de relatos “Cuentos de la vida casi entera”. Y a Isabel Barceló, a quien pude saludar personalmente y me firmó su libro “Dido, Reina de Cartago”.

Supongo que volveré, ya que la Feria no ha hecho más que empezar.

miércoles, mayo 26, 2010

FLM 2010

Del 28 de Mayo al 13 de Junio se celebra un año más la Feria del Libro de Madrid. Por supuesto, me acercaré por allí. Además, este año la editorial Traspiés estará presente en la caseta 197.
En la colección Vagamundos se acaba de publicar el libro “Agua quieta”, de Cristina Grande, ilustrado por Esperanza Campos.

El calendario de firmas previstas hasta el momento en la Feria se puede consultar en este enlace.



El programa de la editorial Traspiés, que aún no está incluido en el enlace anterior, es el siguiente:

28 de mayo, de 12:30 a 14:00 Cristina Grande y Esperanza Campos firmarán su libro "Agua quieta".

29 de mayo, de 12:30 a 14 Miguel Sanfeliu firmará su libro "Anónimos".

29 de mayo, de 18:30 a 20:30 Hilario J. Rodríguez firmará su libro "Mapa mudo".

5 de junio, de 18:30 a 20:30 Lola B. Gallardo firmará su libro "Cada noche los lobos".

6 de junio, de 13:00 a 14:00 Miguel Ángel Zapata firmará sus libros "Revelaciones y magias" y "Baúl de prodigios".

12 de junio, de 12:30 a 14:00 Ana Ayuso firmará su libro "Donde sueñan los tigres".

martes, mayo 18, 2010

El tren del infierno



El tren del infierno (Runaway train) es una película de 1985, dirigida por Andrei Konchalovski y escrita por Edward Bunker, sobre un guión original de Akira Kurosawa. Narra la historia de una fuga carcelaria.

Oscar Manny (John Voight) es un preso peligroso que se encuentra en Stonehaven, una cárcel de máxima seguridad en Alaska. Ha pasado casi toda su vida preso y es un hombre embrutecido, acostumbrado a aguantar el dolor: “Lo que no me mata me hace más fuerte”, suele decir. Su relación con Raken (John P. Ryan), el Alcaide de la prisión, es de clara animadversión. Manny sabe que el Alcaide quiere acabar con él, así que tiene que huir. El día de la fuga, Buck (Eric Roberts), un joven recluso que siente una ciega admiración hacia él, decide acompañarle. Consiguen ocultarse en un tren de mercancías. Entonces, el conductor del tren sufre un infarto y los dos presos quedan atrapados en una máquina que cruza sin control los helados bosques de Alaska.
Por otra parte, la película también centra su atención en lo que sucede en la oficina del ferrocarril, donde intentan desviar el tren y valoran la decisión de dejar que se estrelle en una vía muerta. Es en este otro escenario, también claustrofóbico, donde nos van informando de lo angustiosa que es la situación en la que se encuentran los dos fugitivos.

El film mantiene el interés y está narrado con un ritmo rápido. Sin embargo, lo más interesante es el retrato de los protagonistas, el contraste de sus personalidades. Manny es un hombre que ya no espera nada de la vida, carne de cañón, un tipo duro y manipulador que tan sólo aspira a sobrevivir. Buck, por su parte, es un joven que cree que podrá cambiar su destino si llega a parecerse a su compañero, a quien admira sin cuestionarle. Aunque toda la relación se tambaleará con la aparición en escena de una mujer que también ha quedado atrapada en el tren, una empleada del ferrocarril llamada Sara (Rebecca de Mornay).

La interpretación de John Voight es sobrecogedora, y tan sólo por eso ya vale la pena el visionado de esta trepidante cinta de aventuras.

Les dejo con una de las escenas emblemáticas del film. En versión original, aunque he escrito debajo el diálogo en español.


Buck.- Llevo toda mi vida soñando con un buen pellizco. Cómo me lo voy a pasar. Sí, voy a ir al Carnaval, voy a ir a Las Vegas... Y siempre con dinero en el bolsillo para llevarme a las mejores zorras ¿me comprendes? Te digo que me he pasado casi todas las noches de mi vida soñando con vivir así.
Manny.- ¿Soñando? Soñando. Imbécil. Tú no vas a hacer nada de eso. Yo te voy a decir lo que harás. Te buscarás un trabajo, eso es lo que harás, buscarte un trabajo. Un trabajo pequeño donde acepten a un preso. Como lavar platos en una cafetería, o limpiar los wáteres. Y te agarrarás a ese trabajo como si fuese oro, porque te digo que es oro. Sí, muchacho, sí, es oro, ¿estás escuchándome? Y cuando el dueño vaya donde tú al final del día a ver cómo has hecho el trabajo, tú no le mirarás a la cara. Mirarás al suelo. Evitarás así ver el miedo en sus ojos y se te quitarán las ganas de cogerlo por el cuello y machacarlo contra el suelo, mientras chilla y suplica por su vida. Así que mirarás al suelo, chaval. Pon atención a lo que te digo, no me jodas. Y entonces mirará a su alrededor a ver qué tal lo has hecho y te dirá: “Oh, te has dejado una manchita aquí, ¿está limpio eso de ahí? ¿es que no has visto esta pequeña mancha?” Y tendrás que tragarte toda tu rabia y limpiar la pequeña mancha. Y la otra manchita, hasta que esté todo limpio como una patena. Y el viernes te dará tu paga en un cheque. Si eres capaz de eso, si eres capaz de hacer eso, podrás ser presidente de la mayor compañía. Si eres capaz.
Buck.- No, Manny, no. Lo que propones es basura. Para eso estoy mejor en la cárcel.
Manny.- Pues es una pena, chaval, una pena...
Buck.- ¿Harías tú esa basura?
Manny.- Si yo pudiera... Ojalá pudiera...

jueves, mayo 13, 2010

Cuatro años de blog

Hoy cumple este blog cuatro años. El tiempo pasa.
Un blog en el que escribo sobre lo que me interesa: libros, películas, escritores, aspectos relacionados con la literatura o la crítica. Reseño los libros que por uno u otro motivo me han parecido interesantes. No suelo hablar sobre lo que no me ha gustado. Creo que se deben impulsar los títulos que, por diferentes circunstancias, van a pasar inadvertidos en los grandes medios de comunicación, en los suplementos o revistas más importantes.
Las redes sociales ofrecen otras posibilidades. Son muy útiles para transmitir un evento, para estrechar lazos, pero sus textos tienden más a la inmediatez. En el blog, sin embargo, el artículo aspira a estar más cuidado. Así es como yo lo veo.
El blog es también una carta de presentación, un medio de exponer lo que uno hace, de compartir información, de dialogar sobre aquello que a uno le interesa. Claro que se corre el riesgo de terminar mirándose el ombligo, o pontificando sobre esto y lo otro, o peor aún, criticando a los demás porque no comparten el mismo punto de vista sobre el uso que se le ha de dar a esto. El título de mi blog me recuerda que las cosas deben observarse siempre desde una cierta distancia, es decir, intentar no perder la perspectiva.

Aún así, uno termina hablando sobre sí mismo, es inevitable. Y más en un momento como éste.
De joven, escribía con máquina de escribir. Sí, de esas que llevaban un rollo de tinta que se gastaba y había que reponerlo. Mi primera máquina fue una Triumph. Tenía una tapa metálica y pesaba un quintal. Solía escribir dos copias, utilizando papel de carbón. Y cuando me equivocaba o quedaba muy insatisfecho con algún párrafo, volvía a mecanografiar toda la página desde el principio. Más tarde, compré una Olivetti eléctrica. Tenía una pequeña pantalla en la que se podía leer la frase antes de oprimir la tecla que la imprimía sobre el papel. Aquel avance fue algo revolucionario. Pero claro, nada que ver con el ordenador. Eso sí que supuso un cambio importante. La posibilidad de cambiar de sitio todo un párrafo sin tener que teclearlo de nuevo. Mi primer ordenador fue un Spectrum del que, gracias a Dios, ni siquiera conservo una foto.
Uno de los pasos más importantes que di por aquella época fue apuntarme a un Taller Literario por correspondencia: el taller Fuentetaja. Fue una experiencia muy enriquecedora. Me ayudó a perder el miedo a dar mis textos a otras personas para que me dieran su opinión. Además, había un asesor que te señalaba aquello en lo que debías fijarte para perfeccionar los escritos. En mi caso ese papel lo desempeñó Ángel Zapata, cuyos consejos he procurado seguir al pie de la letra. Por otra parte, diría que el nerviosismo que experimentaba cuando enviaba mis textos por correo al taller, tiene bastantes puntos en común con el que aún experimento cada vez que subo un texto al blog.

El blog ha sido una herramienta decisiva, una aventura excitante. Y lo sigue siendo. Si tuviera que hacer un balance, éste sería claramente positivo. El blog me ha ofrecido muchas satisfacciones. Como cuando descubrí que en la revista Quimera se hablaba de él. O poder publicar en un suplemento mexicano. Pero sin duda la más importante de todas es contactar con gente que comparte mis inquietudes, mis intereses, personas fantásticas que son las que dan realmente sentido a este proyecto. A unas las he llegado a conocer personalmente; con otras, aunque están más lejos, también mantengo una relación que ha traspasado los límites de este espacio.
Por otra parte, el blog me ha impuesto una disciplina de trabajo. Saber que lo que escribes va a ser leído por gente que ni siquiera conoces te produce una responsabilidad a la hora de elaborar el texto. No es lo mismo escribir y guardar lo escrito en un cajón que subirlo al blog y exponerlo a la opinión de los demás.
También tiene sus inconvenientes, por supuesto. El blog te absorbe. Te quita tiempo para escribir otras cosas. De pronto, tus proyectos de ficción se ven postergados. Entonces es cuando uno decide compaginar las dos cosas y eso no es nada fácil, pero tampoco es imposible. Así que en ello andamos.
No obstante, insisto en que lo importante de un blog son sus lectores, así que quiero expresar mi agradecimiento a todos los que se dejan caer por aquí. A los que me dejan comentarios y a los que no. Son los lectores los que dan significado a esta aventura. Gracias a todos.

domingo, mayo 02, 2010

De Libros



Se ha celebrado la Feria del Libro de Valencia, situada en el jardín de Viveros. Los libros han salido a la calle, en busca de su lector. Han participado unas cincuenta librerías e instituciones instaladas en setenta y nueve expositores.


Varios títulos llamaron mi atención. Algunos los adquirí de inmediato. Otros los apunté para comprarlos más adelante. Dejo constancia de algunos de los que me han interesado.

Pepe Cervera acaba de publicar un nuevo libro de cuentos titulado “Premonición”, en la editorial “Paréntesis”. Su carrera es imparable, como no podía ser de otra forma en el caso de un escritor cuyos relatos diseccionan, con una prosa exacta, la fragilidad y el desconcierto ante situaciones que trastocan la rutina diaria. Muy recomendable.


Encontré “Diario de las especies”, de Claudia Apablaza. Una novela planteada como un blog, con entradas y comentarios que se cruzan. Claudia Apablaza es una escritora chilena que vive en Barcelona y que ya publicó un libro de relatos titulado “Autoformato”. Escuché hablar de esta autora en el blog de Diego Zúñiga y reconocí el nombre en cuanto lo encontré en uno de los stands de la feria.


Dublinesca”, de Enrique Vila-Matas, es un libro obligatorio. Soy de los que opinan que Vila-Matas es uno de los mejores escritores del panorama literario actual. Este libro narra la aventura de un editor que viaja a Dublín, donde espera resolver sus inquietudes recorriendo los escenarios del “Ulises” de Joyce.



Richard Brautigan es uno de esos autores por los que siento un interés que no soy capaz de explicar. Leí los libros que publicó Anagrama, libros que conservo, algo descoloridos, pero sanos y salvos: “Un detective en Babilonia”, “El monstruo de Hawkline” y “Willard y sus trofeos de bolos”, también leí “Una mujer infortunada”, su libro póstumo que aquí fue publicado por Debate. Por eso la aparición de “La pesca de la trucha en América” me parece todo un acontecimiento.

Jernigan”, de David Gates, editado por Acantilado, presenta uno de esos personajes por los que me siento atraído. Un hombre que se deja arrastrar por las circunstancias, sarcástico y fracasado. Un libro con muy elogiosas críticas que fue finalista del Premio Pulitzer en 1991.


Tampoco se debe perder de vista uno de los lanzamientos más importantes de la editorial Alpha Decay, que apuesta fuerte por la escritora argentina Pola Oloixarac y su libro “Las teorías salvajes”. El libro está recibiendo elogiosas críticas en diversos medios; y lo definen como una comedia enloquecida que se mueve entre la filosofía y el mundo cibernético.


Y, por supuesto, hay que leer al último premio Cervantes: el escritor mexicano José Emilio Pacheco. Empezaré por su libro de poemas “En resumidas cuentas” (me parece un título excelente).