lunes, noviembre 23, 2009

Adiós al Síndrome


El blog de Miguel Ángel Muñoz, “El síndrome Chéjov”, punto de referencia para los amantes del relato ha cerrado, ha terminado. Al leer su impecable texto de despedida, he sentido una punzada en el estómago, una patada más bien. Es una noticia triste que un proyecto de tal calidad y envergadura termine. Recuerdo ahora la encuesta que realizó sobre los mejores libros de cuentos de los últimos años. Uno querría seguir teniendo a su alcance esas entrevistas ejemplares, muy documentadas, llenas de datos de interés, esas recomendaciones, esas curiosidades, como la sección “En camisa de once varas”, donde nos descubría escenas cinematográficas en las que relevantes escritores habían hecho breves cameos, con más o menos fortuna, o su serie “Cheeverianas”. No tuvo reparo incluso en ofrecer su blog como plataforma para presentar nuevos autores inéditos. Se despide con elegancia y sin poder ocultar cierto hastío y decepción. Lo echaremos de menos.
No era un blog escrito a tontas y a locas, no era un blog que te despachara una entrada con cuatro líneas escritas a vuela pluma. Era un blog serio y generoso con sus lectores, privilegiados receptores de un trabajo no remunerado, elaborado por simple amor a la literatura, ni más ni menos.

“El síndrome Chéjov” cogió su nombre del título del primer libro de relatos que publicó Miguel Ángel Muñoz en la editorial “Páginas de espuma”. Un libro recomendable, con grandes aciertos e historias inolvidables. Hace unos meses publicó su segundo libro de cuentos “Quédate donde estás”, en la misma editorial. Así que la lectura de estos libros, y de los que sin duda vendrán, es el consuelo que nos queda a los seguidores de Miguel Ángel.
“Quédate donde estás” reúne trece relatos, limpiamente escritos, fieles al estilo pulcro y cuidado del autor. Un libro que agradará a los amantes de la buena literatura, un peldaño más en la carrera de un narrador vocacional dispuesto a no detenerse y seguir avanzando. El primero de los relatos, toda una declaración de intenciones, se titula “Quiero ser Salinger” y su lectura cobra un nuevo sentido ahora. “Vaivén”, protagonizado por Raymond Carver y Richard Ford, está dedicado a todos los lectores del blog; pese a su brevedad es uno de mis favoritos. “Vitruvio”, una historia fantástica que se lee de un tirón. “Hacer feliz a Franz”, protagonizado por Kafka y que habla sobre la pasión por escribir. O el que da titulo al libro, “Quédate donde estás”, una historia emotiva narrada ensamblando en un único discurso los diálogos, las reflexiones y las secuencias temporales. Por nombrar sólo algunos. Un libro que supone una prueba más de la solvencia de un narrador que se toma en serio su trabajo.
Tendría que eliminar el link a su blog, pero me resisto a hacerlo.

5 comentarios:

Raúl dijo...

No es el primero de los buenos blogs que nos deja en las últimas fechas. Cierto desánimo se vislumbra.

Anónimo dijo...

Raul, el otro en abandonar fue Masacre en los jardines. Todos nos preguntamos por esa coincidencia tan negativa para los cuentos. Olvidamos que tras los blogs hay personas, y que las personas son más importantes y están por encima de cualquier cuestión literaria. Angeles Prieto

El Doctor dijo...

¿Por qué se abandona un blog? Es una pregunta que encierra,creo yo,otros motivos un poco más profundos que las propias confesiones del cierre.Porque realmente,tras un gran blog existe un gran escritor,que por otra parte,no dejará nunca de escribir.Me temo que conozco la respuesta y sinceramente me da un poco de miedo pensarlo.

Un fuerte abrazo,Miguel.

Francisco Ortiz dijo...

Es una pena. Sabes que lo lamento. Ahora subo mi texto. Un abrazo.

Elena dijo...

Hola Miguel. Llevo mucho tiempo sin dejarme caer por aquí, y no quería dejar pasar un día más sin saludarte. Es triste cuando uno de esos blogs que tanto nos gusta y que tanto nos aporta decide echar el cierre, pero supongo que, como casi todas las cosas de la vida, esto de los blogs tiene a veces una fecha de caducidad. Puede ser hastío o ganas de comenzar otro proyecto completamente distinto. Cada uno tiene sus propias razones para acabar con algo que le ha consumido tanto esfuerzo, pero a la vez le ha brindado seguro momentos inolvidables.

Un abrazo