viernes, noviembre 30, 2007

Premio Cervantes 2007

El Premio Cervantes 2007 ha sido concedido al poeta argentino, afincado en México, Juan Gelman.
Hace poco anduvo por Segovia, y el próximo mes de Abril tendrá que ir a Alcalá de Henares, para recoger el premio.
Su calidad literaria y humana están fuera de dudas. La primera felicitación que recibió fue la de su nieta, que reside en Uruguay. Destacó la calidad del resto de candidatos. Declaró a la CNN que, aunque se conoce más su obra de tema político, también escribe sobre los grandes temas de la poesía: el amor, la niñez y la muerte. Leo estas informaciones en el periódico “La jornada”.
También es buen momento para recomendar un blog dedicado al poeta y que, según cuenta su autor, Marcelo, uruguayo que reside en Galicia, se inició en el año 2000, en plena campaña de Juan Gelman por encontrar a su nieta.

martes, noviembre 27, 2007

Venganza

En octavo curso me hacía la vida imposible. Me tenía aterrorizado. Me ponía la zancadilla por los pasillos. Me llenaba la camisa de escupitajos. Me despeinaba. Me tiraba al suelo. Me bajaba los pantalones. Me levantaba de mi asiento y se sentaba él. Me quitaba la comida de la bandeja. Me empujaba. Me cogía la cartera a la hora de la salida y la lanzaba al centro del campo de fútbol… Así durante dos años. Y yo pasaba los días aterrorizado. Temblaba nada más verlo.
Y ahora lo tenía frente a mí.
Vestía un traje barato que le venía estrecho y me contaba que tenía una empresa, con varios trabajadores, que no quería despedir a nadie, pero necesitaba un crédito. Casi me estaba suplicando. Ni siquiera me había reconocido. Estaba sentado en el borde de la silla y se retorcía las manos. Me llamaba señor Director, con reverencia, y me pedía que tuviera la amabilidad de ayudarle, que estaba desesperado, que respondería con todos sus bienes, que no me arrepentiría… Y yo le escuchaba sin decir nada, con fingido interés, aparentando estar preocupado por su problema.

domingo, noviembre 25, 2007

Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

En general, veo esto de los Días Internacionales con un poco de escepticismo, pero debo admitir que sirven para que todo el mundo se plantee un determinado asunto y hable de él y se remueva la opinión pública. La propuesta de dedicar un día a este problema partió de República Dominicana en 1999 y la fecha fue elegida como conmemoración al asesinato de unas activistas dominicanas, las hermanas Mirabal, por orden de Trujillo, en el año 1960, según leo en internet.

Hoy precisamente me llama la atención una noticia aparecida en la prensa. En Arabia Saudí una mujer ha sido condenada a seis meses de cárcel y doscientos latigazos por haber sido violada. Lo leo otra vez, por si entendí algo mal. Los razonamientos me parecen demenciales. Se encontraba a solas con un hombre con el que no tenía parentesco y, además, intentó influenciar al tribunal llevando su caso a la prensa, al igual que su abogado, a quien han retirado la licencia. El artículo refleja una situación espeluznante. Nos muestra un problema llevado a su extremo. Sería una caricatura si no fuera una tragedia.

La mujer como raza inferior, como incitadora, como pecadora, como objeto que tiene dueño, como ciudadana de segunda, sin dignidad ni respeto. Ese es el concepto que la convierte en víctima. “La maté porque era mía”. Ése es el lema que debe cambiar. Cambiar el lugar de la mujer. Se trata de una lucha contra una forma de pensar. Un día como el de hoy pone en evidencia que, pese a todos los avances que ha conseguido la mujer occidental, aún está lejos de poder olvidar que vive en un mundo donde muchos hombres creen que la mujer es un ser inferior. No hace muchos años todavía no se le permitía votar, ni realizar determinadas gestiones sin el consentimiento expreso del marido. Por fortuna, esto ha sido superado, pero no se puede consentir ningún comportamiento que signifique sometimiento, ningún tipo de violencia ni de desprecio o discriminación. Es algo que nos disminuye como civilización.

Foto: Efe/Eduardo Abad - Acto en Sevilla

martes, noviembre 20, 2007

La muerte de Venus

Se suele mostrar cierto desprecio por la novela de género, ligada siempre al término “best-seller” y sistemáticamente ignorada por la crítica “seria”, que la considera mero divertimento y, por tanto, carente de calidad. Pese a ello, de vez en cuando, despacito, se producen honrosas incursiones llevadas a cabo por novelistas de reconocido prestigio, como son los casos, por ejemplo, de Guelbenzu y Lorenzo Silva respecto a la novela policíaca. Ahora, la escritora Care Santos se presenta con una novela de fantasmas que, además, ha quedado finalista del Premio Primavera de Novela 2007.
Care Santos tiene una carrera literaria que incluye novelas, relatos, libros juveniles e infantiles y una considerable cantidad de premios como el Edebé, el Ateneo Joven de Sevilla, el Gran Angular, o el XXI Premio Carmen Conde de Poesía de Mujeres. Se trata de una autora eficaz, de sobrada habilidad y oficio.

“La muerte de Venus” nos cuenta la historia de Mónica y su compañero Javier, de quien está embarazada. Se trasladan a un enorme caserón que Mónica ha heredado, y allí empiezan a ocurrir sucesos extraños: descensos bruscos de la temperatura, la aparición de palabras en las paredes, manchas que no se pueden borrar… Sucesos inevitables en toda novela de fantasmas que se precie. Personajes como el parapsicólogo Leónidas Xart y, especialmente, Román, tienen un importante papel y agilizan la trama.
Además, se produce un curioso cambio de registro aproximadamente a mitad del libro, con la inclusión de un pasaje ambientado en la Roma imperial, que ilustra los sucesos relacionados con la presencia fantasmal que se empeña en perturbar la vida de la pareja protagonista.
En la tercera parte la trama se precipita hacia un desenlace que va atando los cabos sueltos y que arrastra al lector sin darle respiro.

Un libro que se lee con agilidad e interés, en el que se combina la utilización de diversos recursos, como el relato epistolar, el histórico, o la inclusión de fragmentos periodísticos… Y en el que se pueden encontrar algunas referencias con las que juega la autora, como personajes reales camuflados en papeles secundarios. Juegos que ella desveló en su blog, en una entrada cuya lectura recomiendo.

sábado, noviembre 17, 2007

Norman Mailer

En el suplemento “El Cultural” de la semana pasada, 7 de Noviembre, se publicaba una entrevista con Norman Mailer, debido a la publicación de su último libro “El castillo en el bosque” (Anagrama), un libro que toma como base la infancia de Hitler para hablar de Dios y del diablo. En esa entrevista Mailer dice:

Escribir una novela es, en cierta medida, como una escalada. Si eres ambicioso, intentas retos que están más allá de tus fuerzas. Hay muy pocos novelistas realmente ambiciosos, Martin Amis, Pynchon, Cormac McCarthy… Sentí que había llegado el momento de intentar una cumbre más dura, de intentar algo más allá de mis costumbres y técnicas. Pensé: “te estás haciendo viejo, así que debes intentar algo muy grande”. Y pensé que tenía que hacer el intento, porque era realmente interesante, como en realidad he estado haciendo toda mi vida. Eso es lo que te espera si eres un profesional. Tienes que aprender más y más qué es lo que estás haciendo.

El domingo de esa misma semana, 11 de Noviembre, los periódicos traían la noticia del fallecimiento de Mailer, a los 84 años de edad, a causa de una insuficiencia renal, en el hospital Monte Sinaí de Nueva York.

Norman Mailer era un personaje polémico, autor de libros importantes, como “Los desnudos y los muertos”, sobre la Segunda Guerra Mundial, “La canción del verdugo”, que fue merecedora del Premio Pulitzer en 1980, “Los hombres duros no bailan” o “Los ejércitos de la noche”, que también obtuvo el Pulitzer en 1969. Escribió libros sobre Marilyn Monroe, Picasso, Lee Harvey Oswald y Jesucristo.

Fue un hombre machista, rudo, egocéntrico, provocador, vitalista, amante del boxeo y la bebida, desmesurado, impulsivo. Protagonizó sonados enfrentamientos con Truman Capote, William Styron o Gore Vidal, a quien llegó a agredir físicamente.
En 1960, durante una alocada fiesta, estando ya muy borracho, apuñaló con una navaja a su segunda esposa, Adele Morales, y casi la mata. Ella no presentó denuncia y el asunto quedó zanjado con una breve estancia del autor en un hospital psiquiátrico.
Se casó seis veces y tuvo nueve hijos.

Su fama como periodista y agitador de conciencias es indiscutible y difícil de igualar. Fue crítico con las guerras de Vietnam primero y de Irak después. Su nombre siempre quedará vinculado al nacimiento del “Nuevo Periodismo”, y quizá por eso tampoco Tom Wolfe se salvó de sus ataques. Fue fundador del semanario “Village Voice”.
Foto de Kathy Willens / Associated Press

martes, noviembre 13, 2007

HFS - Hanif Kureishi


Modera la charla Rodrigo Fresán. Se produce un problema técnico que tardan en resolver veinte minutos. Luego hay otro acto, precisamente el cierre del Festival, con la presencia de numerosos autores que van a leer poemas, así que la charla deberá acortarse. Además, Rodrigo Fresán tiene que salir antes de que se inicie el turno de preguntas del público porque si no perderá el avión.

Hanif Kureishi es un escritor inglés de origen pakistaní. Autor de importantes novelas y también de obras de teatro y de guiones de cine, incluso escribió algunas canciones en colaboración con David Bowie. Su primer gran éxito fue el guión de “Mi hermosa lavandería”, de Stephen Frears, con la que se dio cuenta de que había conseguido llegar a algo. Tenía personajes y tenía algo que decir, algo relacionado con su vida, con su relación con los demás, historias de inmigrantes.

Dice Kureishi que hacen falta diez años para aprender a escribir. Su padre escribía, pero no publicó. Su padre siempre pensó que era mejor escritor que Hanif, lo cual fue bueno para la relación entre ellos, pues evitaba que se estableciera una competencia.
Kureishi siempre se ha visto como un escritor contemporáneo que escribe sobre lo que ve en la calle. Su libro “Algo que decir” (todavía no publicado en España) es un compendio de textos en los que habla de aquello que le interesa, cuestiones éticas complejas, el envejecimiento, la sexualidad, etc.

En la novela que acaba de escribir aparecen personajes que aparecían en “El buda de los suburbios”. Les va bien. Es interesante volver sobre personajes de libros anteriores porque ayuda a reflejar cómo ha cambiado la sociedad. Un escritor utiliza para sus libros todo lo que tiene a su alcance, así que aconseja a la gente que se mantenga alejada de los escritores si no quieren aparecer en algún libro. Hay que buscar nuevos personajes todo el tiempo.

Afirma que tiene aún discusiones con su padre fallecido y que escribir sobre los padres puede ser una manera de llevar el luto. Sobre la relación con su padre escribió el que es quizá su mejor libro: “Mi oído en su corazón”.

Le fascina la belleza, la sensualidad, la pasión de los jóvenes. Y también la muerte.
Existe en la actualidad una obsesión por el disfrute, un vértigo de consumismo, por tener demasiado y no saber si ese demasiado es bastante, así que él últimamente lucha por intentar disfrutar menos.

Le gusta escribir. No ha desaparecido con el tiempo el deseo de escribir. Es una forma de sustraerse al mundo, de aislarse, y conforme avanza el tiempo y se acumulan las memorias la necesidad de escribir se hace más profunda.


Le atrae el psicoanálisis. Cree en el poder de la palabra y en que hablar con otros es curativo. A veces, algunas palabras se quedan atascadas, dentro de nosotros, y tenemos que buscar la forma de decírsela a otros, expulsarlas. Es necesario el intercambio humano. El psicoanálisis ayuda a conocerse a uno mismo y es una forma de relación humana. “Freud dice que la cultura es la curación de la humanidad”.

Lo que primero suele aparecer en su cabeza a la hora de surgir una historia, son los personajes. Si los personajes empiezan a hablar, sabe que probablemente aparecerán en una película, pero si ve las palabras en las páginas, será una novela.
Dice que es muy vago para realizar ningún tipo de investigación previa a sus libros, que ya ha hecho su investigación viviendo con otras personas en el tiempo.

Esta fue la última charla a la que asistí.

viernes, noviembre 09, 2007

HFS – Juan Gelman


La entrevista está a cargo de Mercedes Monmany. Entre el público reconozco a Guadalupe Nettel y a Antonio Gamoneda.

La conversación empieza haciendo referencia a un libro que Gelman escribió en sefardí y que se titula “Divaxu”. A raíz de esto, cuenta que durante su exilio leyó mucho a San Juan de la Cruz y a Santa Teresa. Dice que su madre descendía de una familia de rabinos, aunque no tenían mucha tradición religiosa en casa.
Leyó algunos versos en sefardí que sonaron poderosos en la sala del Museo Esteban Vicente.

Reside ahora en México. María Zambrano distinguía entre exiliado, refugiado y desterrado. Según esta distinción, él se siente más desterrado.

Y pronto se trata el tema de los desaparecidos en Argentina. Juan Gelman vivió una historia muy dura porque su hijo y su nuera fueron asesinados y, durante mucho tiempo, anduvieron Gelman y su mujer buscando a su nieta, que había sido robada. Después de mucho tiempo y mucho esfuerzo la localizaron en Uruguay y ahora se mantienen en contacto.

Cuenta que tardaron trece años en recuperar los huesos de su hijo y su nuera. Trece años después del asesinato. Tuvieron miedo de no encontrarlos nunca porque a algunos prisioneros los adormecían con pentotal y luego los subían a helicópteros y los arrojaban al mar. Y también hubo crematorios… En su tumba reza: “Recuperado de la noche y de la niebla”.
Dice que devolver al asesinado su historia y reconstruir los hechos es algo esencial. “No puede desaparecer una persona. Tener una tumba es un derecho fundamental”.

Finalmente, dice que su balance es de gratitud hacia el ser humano, porque encontró muchas personas en todo el mundo que apostaron por un imposible.

Luego leyó algunos poemas más y yo los escuché con un nudo en el estómago.

lunes, noviembre 05, 2007

HFS – Gonçalo M. Tavares


Gonçalo M. Tavares es un autor que descubrí hace poco, un autor muy interesante al que han elogiado, entre otros, Vila-Matas y Saramago. Es joven, nació en Angola, en 1970. Sus libros son breves, concisos, y en sus historias pueden aparecer parábolas, paradojas, dibujos, sucesos que juegan con la lógica convencional, simbolismo, humor y también crueldad y tragedia. Poco a poco se está traduciendo su obra en nuestro país, títulos de su serie negra, como “La máquina de Joseph Walser” o “Un hombre: Klaus Klump”, de su serie del barrio, como “El señor Brecht” o “El señor Valéry”, o un libro inclasificable titulado “Biblioteca”, editado por Xordica.
La charla está a cargo de Lourdes Ventura, que en lugar de preguntar, diserta, se extiende hasta el límite de mi paciencia, incluso nos recita un párrafo de Borges de memoria.

Dice Tavares que la literatura tiene dos objetivos: encantar y desencantar. Pone como ejemplo la situación de estar en un baile y que, de pronto, alguien apague la música. Ésa es precisamente la función de la literatura. El mundo de los conocimientos crea una música. Todos bailamos al son de los últimos acontecimientos. Ahora mismo, el 90% de los portugueses hablan de la desaparición de Maddie McKann.

Las novelas son investigaciones sobre el mal, que le fascina porque le asusta. El hombre, en potencia, es un ser peligroso, malo. El mal, como defensa, es aceptable, pero hay otro mal, el que alcanza su punto álgido con el Holocausto, un mal que se produce sin que haya miedo o hambre para justificarse. La tortura es un fenómeno puramente humano. Ningún animal la practica. Sin embargo, llamamos inhumano a lo malvado sin tener en cuenta que el instinto de la maldad se encuentra en el hombre. Pero no quiere ser catastrofista, ya que esto es cierto también para el caso del bien. El hombre es el único animal capaz de desplazarse a otro lugar con el único fin de ayudar a sus semejantes.

El mal es el protagonista de sus novelas negras. El mal, los dictadores, sólo son posibles porque existen personas ingenuas. Ante las dictaduras, las únicas opciones posibles son: luchar contra ellas o ridiculizarlas. La literatura puede aportar lucidez y conseguir que haya menos personas ingenuas.
La función de sus libros que conforman la serie “el barrio” es encontrar un mundo autónomo, en el que se juega con la lógica pero desde una perspectiva un poco absurda. La lógica puede ser absurda a veces. Leyó entonces un fragmento de su libro “El señor Valéry”.

En general, a la hora de escribir, prefiere la abstracción, la frase corta, conceptual. Reconoce más influencia de autores centroeuropeos como Kafka y Walser que de autores portugueses. En sus libros procura que no haya un espacio ni un tiempo concretos. Corta muchos las frases, opta siempre por el camino más corto, no le gusta hablar de cosas que no pueda dibujar. El trabajo más lento y difícil es el de acortar, y a este respecto cuenta la historia de ese escritor que, al mandar una carta larguísima, se despide diciendo: “perdona esta carta tan larga, pero es que no tuve tiempo de hacerla más corta”.
No cree en el escritor que no lee. Siempre recuerda un proverbio que dice: “No te atrevas a escribir un libro antes de haber leído mil”. Está obsesionado por conocer autores, y admite que lee algunos blogs, pero no demasiados.

jueves, noviembre 01, 2007

HFS – Javier Marías

Lleno absoluto. Gente de pie. La organización le entrega un regalo a Marías, en señal de reconocimiento por su trayectoria. Todos los años premian a un autor y en esta ocasión el elegido es él. La charla está a cargo de Manuel Rodríguez Rivero.

Se habla de su fama. Dicen que algunas guías turísticas recomiendan fijarse en la ventana de su casa por si se le ve escribir. Sus cifras de ventas son espectaculares. Tiene críticas excelentes. Él no siente esa fama, no tiene fuerte conciencia de ella. Piensa que es un fenómeno fruto del azar. A su escritura, a sus libros, les corresponderían unas ventas de unos 15.000 ejemplares, mientras que en Alemania se han vendido 1.200.000 más o menos. Así que ya no espera más suerte, se siente como si todo lo bueno que le tuviera que pasar en ese sentido ya le hubiera pasado. Por supuesto, se siente más libre, puede escribir libros raros, o más raros, y nunca se podrá quejar.
En esencia, la fama no le ha cambiado, aunque es verdad que ahora puede comprar, no más cosas, sino más cantidad de las cosas que le gustan.
Lee menos las críticas. En ocasiones ni las lee o pasa por encima. Han pasado ya 36 años desde que editó su primera novela, así que ya es muy veterano, y uno al final sabe más de lo que sabe casi cualquier crítico. Ya escribió hace años un polémico artículo titulado “Añoranza del árbitro” en el que se quejaba de que no existiera un determinado tipo de crítico más profesional. En España es difícil el consenso y el respeto. Casi todo es discutido y siempre hay detractores. A casi nadie se le reconoce autoridad sobre nada.

Habló sobre su forma de escribir. Dijo que no tiene planificación, que averigua sus novelas a medida que las escribe. Sabe hacia dónde va pero no sabe qué recorrido le espera. No suele releer sus libros anteriores, ni siquiera en el caso de la trilogía, y éste es un método que no recomienda a nadie. Tampoco utiliza el ordenador, es esto se define como excéntrico y más bien antiguo. No toma notas para escribir sus novelas, así que define su escritura como una tarea azarosa, intuitiva, lo cual convierte la toma de decisiones en algo arriesgado, porque, además, él nunca rectifica las páginas anteriores para dar cabida a un nuevo suceso. Como en la vida, en sus novelas no se puede cambiar el pasado. Por ello, confiesa que ha habido momentos en los que ha estado a punto de caer en contradicciones respecto a algo que había escrito con anterioridad, pero siempre ha habido un sexto sentido que le ha avisado.
Suele preocuparse por la traducción de sus libros, sobre todo de las que se realizan en idiomas que conoce, y está abierto a las sugerencias o aclaraciones que sus traductores le solicitan. A ser posible, también le gusta poder opinar en el aspecto de las portadas, y menciona una espantosa, israelí, en la que aparecía un desnudo frontal, y confiesa que ha habido también alguna rusa que le ha helado la sangre. En su opinión, lo normal es que todo se haga mal pudiendo salir bien, así que hay que estar encima de las cosas si no te quieres llevar sorpresas.
Como escribe con una vieja máquina “Olivetti” suele tener problemas para obtener recambios de su máquina, ya que están descatalogados. Este verano, no obstante, admite que escribió algunas cartas con un ordenador: le pareció lentísimo. Tampoco le interesan los blogs, que definió como sitios para ver qué opina gente con la que normalmente no tratarías. La página web que lleva su nombre la administra una persona que le pidió permiso para hacerlo y de vez en cuando le solicita material.

Habló, por supuesto, del tercer volumen de “Tu rostro mañana”, que acaba de salir a la venta bajo el titulo de “Veneno y sombra y adiós”. En ella se hacen referencias constantes a la relativa impostura de juzgar el pasado desde los baremos del presente. En épocas de paz se juzga muy duramente lo que ocurrió en tiempos de guerra, sin tener en cuenta que quizá entonces estaba bien hecho. Al hilo de esto, comentó que la ley de la memoria histórica es ilusa, ya que no se puede abordar un suceso sin un consenso general del país sobre lo que ocurrió. Han pasado setenta años, los mismos que habían pasado desde la guerra de Cuba cuando él era joven, pero entonces nadie discutía sobre aquel episodio. Vivimos en una época que intenta deformar el pasado.
Al terminar la redacción de este tercer volumen de su trilogía, admite que le invadió una relativa tristeza, una especie de melancolía.

Sobre su carrera como articulista, autor de textos que conectan con mucha gente, llenos de sentido común, en contraposición a sus personajes que, en muchos casos, están un poco locos, dijo que los artículos los escribe como ciudadano, resaltando que también hay mucha gente que está en desacuerdo con sus opiniones, mientras que en la novela el ciudadano desaparece y se reduce mucho el sentido de responsabilidad.
Desveló que suele apuntar detalles suyos en todos sus personajes, incluso en los más odiosos.

No escribe poesía. No la ha escrito nunca, aunque sí la ha traducido y la lee. Ahora la mayor parte de su tiempo lo dedica a relecturas. Destacó las obras de Shakespeare, autor que definió como enigmático y riguroso, en el que siempre encuentras nuevos matices. Y también vuelve una y otra vez a un relato de Flaubert: “Un corazón sencillo”.